martes, 20 de diciembre de 2011

FINAL DEL VERANO 2011

Se acaba el verano. Dicen que cuando se habla de futbol es porque ya se le ve el final a esta etapa de estío que  no de hastío, por el calor, maldita o bendita y que nunca falla en el calendario. El calor se erige protagonista,  mide estos meses alegres, luminosos, relajados,  atrae a turistas y arroja a locales hermanándolos a todos  en cuerpos y trajes, vestidos con  desnudos, y  muy desnudos de equipaje: para estar en la playa, es lo correcto, ya se sabe.

Atrás quedaron los días eternos, de amaneceres tempranos y atardeceres longevos; atrás, esas descaradas siestas que imantan y  tumban  a su placer y antojo; atrás,  los sabrosos helados matando calores con sus interminables y perecederos  azucares tan llenos de colores; atrás, esas terracitas, esos tintos que difieren de las bicicletas porque no solo son para el verano; esos chiringuitos en las playas, esas tapas y esos espetos que flaco favor nos hacen, al bolsillo y a nuestros maltrechos cuerpos;  atrás, esa libertad de horarios, sin normas ni ritos, abierta a las horas, los segundos y minutos, sin relojes ni silbidos, ni siquiera soplidos, de algún que otro, impertinente vecino; atrás, los autobuses vacios,  el abandonado metro,  el mimado tranvía, las calles desiertas, los comercios cerrados, las tiendas sin vida...

De todo lo que quedó atrás, me congratulo por lo que quedó atrás con esa estética de camisetas camioneras y pantalones a cuadros, conjuntadas con chanclas, que no sandalias, que dejan a relucir nuestros, más o menos, velludos dedos... y esos andares, de alpargatas, que arrastran a pies y marcan eso no elegantes pero sonoros pasos. Esos miles de tirantes que lucen las mujeres, las chicas y las no tan jóvenes y que dicen ser sensuales pero que además de buscar miradas esperan algún que otro corte, que de verdad, tanto tirante agota y cansa, incluso, hasta al más expectante...

Todo eso se acaba hasta el año que viene. Dicen algunos que poco dura lo bueno y digo yo que mucho para ser tan bueno...Pero empieza lo mejor. Delante contemplamos un horizonte otoñal de futbol, elecciones, quién sabe si huelgas, los mercados revueltos y las porfiadas reformas que se antojan cortas con una embrollada economía que revuelta incomoda. Todo eso nos recuerda que no hay tiempo para la añoranza ni el recuerdo ni la tristeza porque agotado el calor, se avecina los retos, el desafío de construir lo imposible y de creer en un dudoso futuro. A pesar de todo, aún falta septiembre y ya sabemos lo pegajoso que es el mes, y el membrillo pendiente…

                                                                                                                                                                           

                                                                                              Sevilla, verano 2011

2 comentarios:

  1. No deja de tener su gracia que nos llegue hoy, nochebuena, esta reflexión tuya de finales de verano. Su anacronicidad me hace surgir toda una filosofía, la del paso del tiempo.

    Un día pensamos, dijimos, escribimos algo y al cabo de unos meses, con el cambio de estación, parece que nos hemos trasladado sin movernos de dentro de nosotros mismos.

    Celebro que te hayas decidido a abrir este blog. Es como un pequeño diario que unos cuantos, o muchos, seguiremos. Ánimo y constancia.

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  2. No sabía que tenías este blog, nunca se ha encartado el tema, pero a partir de ahora, lo tengo en mis favoritos.Saludos.

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